¿Colaboración o competencia?

Si bien las traducciones existen desde tiempos remotos, no hay dudas de que el sector de servicios de traducción y localización ha tenido un «renacimiento» en las últimas tres décadas sustentado en el desarrollo de las tecnologías de información y el fenómeno de la globalización.

Entonces… ¿podemos decir que es un sector que se encuentra en una etapa infantil de su desarrollo?

Hay ciertos signos que demostrarían que se sigue transitando por esa etapa:

  1. Las altas tasas de crecimiento, algo frenadas desde el 2008 por la crisis global, pero que han mostrado cifras increíbles en los últimos veinte años.
  2. El bajo nivel de conocimiento del servicio por parte de la demanda.
  3. La atomización de la oferta: especialmente importante en los SLPs (Single Language Providers), con centenares de nuevas agencias que aparecen todos los días en el mercado.
  4. La escasa consolidación, que solo puede avizorarse en los MLPs (Multiple Language Providers), con unos pocos «grandes jugadores» como Lionbridge, Transperfect o SDL.
  5. La preocupación por fijar estándares en la industria, especialmente impulsada por LISA (la Localization Industry Standards Association) e instituciones como TAUS (el consorcio de origen europeo para el desarrollo de mejores prácticas y la provisión de un mejor servicio).
  6. Un desarrollo desordenado de las cadenas de abastecimiento («supply chains»).

Una clara demostración surge de la gran preocupación en obtener una mejor participación en el mercado, enfocándose en estrategias para poder presentar batalla en la arena competitiva; algo que se ve no sólo en el segmento más atomizado sino también en el desempeño de los grandes jugadores.

De ahí que se destaque el llamado de atención de LISA y TAUS que piden, casi en forma desesperada, esfuerzos mancomunados para incrementar la colaboración y cooperación entre los distintos actores. El argumento es el de lograr poder incrementar más rápidamente el tamaño del sector con el consiguiente beneficio para todos los clientes globalizados que lo necesiten, así como también el de los propios proveedores. En resumen, no nos peleemos por una porción más grande, sino por una torta más grande con la que todos podamos quedar saciados.

Uno de los puntos críticos para LISA es lograr una estandarización que ayude a alcanzar la «interoperabilidad» de los recursos usados en el sector. Últimamente hemos visto como los desarrolladores de herramientas (CAT Tools) han seguido parámetros similares, acentuando el uso de formatos de intercambio/transferencia que permitan usar los recursos en distintas aplicaciones. Las mismas interfaces de usuario son cada vez más similares. Sin embargo, todavía queda un camino por recorrer, como lo demuestra la encuesta que TAUS envió a los participantes de su última convención en Portland. En su invitación para participar se nota un sabor amargo al afirmar que el sector pareciera estar estancado en el siglo XX. El propósito de dicha encuesta es el de analizar donde estamos parados hoy y hacia donde debemos ir.  TAUS muestra su preocupación por investigar las causas que evitan lograr un nivel de interoperabilidad similar a aquel presente en sectores como turismo, financiero y contable.