De homers y fastballs

Mi padre tiene la suerte de poder leer en su versión original las novelas escritas en inglés. Prefiere, cuando resulta posible, ahorrarse al intermediario y saltarse el paso de la traducción literaria. Sin embargo, cuando se propuso leer el último libro de John Grisham, Calico Joe, se encontró con más de un problema: la novela está ambientada en el mundo del béisbol. Mi padre, además de ser hablante nativo de español, es poco deportista. Además, es de Argentina, un país en el que el béisbol cuenta con poquísimos aficionados, y aún menos practicantes. Por eso, aunque haya podido seguir con más o menos interés alguna película sobre el tema (Field of Dreams, Moneyball…), al enfrentarse a la densidad aumentada de jerga deportiva del libro de Grisham no pudo más que sentirse algo frustrado.

Seguramente se habrá formulado muchas preguntas: ¿Qué es una beanball? ¿En qué consiste un brushback pitch? Aparentemente, es un tipo de hardball, pero ¿cuál es su principal característica? ¿Se la puede reemplazar por el término chin music, o no son sinónimos? Aparentemente, se trata de algo que podría desembocar en la curiosa práctica conocida como charging the mound, e incluso, si las cosas se complican, llevar a una bench-clearing brawl (también conocida como basebrawl o incluso rhubarb)…

Como sucede con otras prácticas altamente especializadas, el béisbol se expresa en sus propios términos, y su propio léxico puede resultar impenetrable para los no iniciados. Me gustaría saber cómo se suelen traducir estas expresiones al español, una lengua que, gracias al espíritu deportivo de algunos países latinoamericanos como Venezuela,  Cuba, República Dominicana y México,  no está del todo reñida con el deporte del jonrón.