El Carnaval: una aproximación lingüística

Las principales festividades de occidente, es decir, aquellas celebraciones que se llevan a cabo independientemente del país donde uno se encuentre, tienen en su mayoría un origen religioso.

Desde la Navidad, pasando por Pascuas y el Día de los Enamorados hasta el Día de Reyes, todas estas festividades tienen en su raíz un elemento común a todas las denominaciones de la principal religión occidental.

No obstante existe una festividad, importada a las Américas desde el viejo mundo al igual que muchas otras, cuyo origen se dice pagano, es decir, del pago. Una de las principales fuentes etimológicas del español consigna que carnaval proviene del italiano carnevale, y este de carnelevale (circa 1130 DC), una alteración de carnelevare, siglo XIV, compuesto de carne y levare (‘quitar’), o abandonar la carne, que justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma.

En su derrotero a través del Atlántico, el carnaval también fue instalado por colonos francoparlantes radicados en los estados de Louisana y Alabama en Estados Unidos, quienes lo bautizaron Mardi Gras, que se traduce directamente al español como «martes graso», y se refiere a que era el último día para disfrutar de los placeres tanto culinarios como carnales antes de la época de abstinencia que marca el inicio de la Semana Santa y la Cuaresma.

Más allá del nexo con la festividad destinada a la preparación espiritual de la Pascua, el Carnaval ha sido en las sociedades cristianas occidentales la gran fiesta pagana dedicada a Dionisos, el dios orgiástico que nos invita a despersonalizarnos, borrar nuestro yo diferencial y, parafraseando a Ortega y Gasset, sumirnos en la gran unidad anónima de la Naturaleza.

La elevación de los cuerpos, así entendida la etimología de carnaval, propone la culminación del período anterior de abstinencia sexual y ayuno propio de la Cuaresma. Sin embargo, a fines del siglo XX varios autores comenzaron a indagar en el origen pagano del nombre encontrando que Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino y que el carnaval también estaría conectado con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el texto indio Mahábharata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí).