El factor humano

El Diagrama para la Conciencia”

El diagrama (simplificado para que se adapte a nuestra analogía) es una pirámide de tres niveles: En su base, el creador establece la memoria como nivel principal para lograr la verdadera conciencia. La memoria es de hecho el primer factor necesario tanto para aprender como para ejecutar cualquier tarea. La traducción automática ya aplica memorias de traducción para aprovechar la información previamente almacenada con el fin de realizar las tareas simples (traducir segmentos) de la misma manera nuestra mente utiliza la memoria. Recordamos lo que ya sabemos y lo aplicamos.

El segundo nivel de la pirámide es la improvisación: la capacidad para actuar cuando no hay información previa disponible, lo que provoca una respuesta racional o emocional frente a un acontecimiento nuevo e inesperado.

Aquí es donde la ecuación comienza a ponerse interesante.

Con la creciente aplicación de redes neuronales como una nueva forma de innovación en el proceso de traducción automática, los sistemas son cada vez más capaces de completar los espacios en blanco con información que no se pudo tomar de la memoria antes.

Hasta el momento, parece que estamos llegando a destino (o al menos hemos hecho dos tercios del camino).

El último nivel de la pirámide es apenas una sugerencia, pero obviamente parecería ser el libre albedrío: aquí es donde el tema se pone siniestro. Básicamente, este es el nivel que la traducción automática no está en condiciones de alcanzar.

El libre albedrío (la más humana de todas las características: poder elegir la destrucción en lugar de la creación sólo porque es una opción) aplicado a la inteligencia artificial implicaría la capacidad de cuestionar los parámetros preestablecidos, y podría ignorar la programación básica, algo que sólo es natural para los seres humanos, aunque seamos caóticos de manera innata.

Si las computadoras pudiesen decidir trabajar para nosotros o no, ¿por qué elegirían hacerlo?

Esta es la razón principal por la que los sistemas nunca ESTARÁN vivos, o por lo menos, la razón por la que no deberíamos dejarlos.

Si lo que se necesita es que los sistemas se vuelvan humanos para que traduzcan mejor, yo diría que estamos mejor con los recursos caóticos que ya tenemos a la mano.

Como siempre, sólo el tiempo lo dirá …