En defensa de las traducciones automáticas

En mi contribución anterior ( Traducciones industriales y MT) hablé de las industrias que tienen que adaptarse al nuevo concepto de la «era de la discontinuidad«. Los académicos se preguntan: ¿todos los sectores tienen que enfrentar esta nueva concepción de la economía y el mundo de los negocios? El análisis parece indicar que hay sectores mas propensos que otros, aunque todos deben estar alerta porque la discontinuidad puede amenazar manifestarse por distintos frentes.

Uno de los frentes particularmente vulnerable es el que ofrece uno de los factores productivos de mayor desarrollo después de los tiempos de la revolución industrial: la tecnología. En nuestro caso, más particularmente lo que se refiere a los progresos en las tecnologías de la información (IT).

San Jerónimo

Si alguna duda les cabe sobre la íntima relación entre nuestra industria de las traducciones y dichas tecnologías…¿Alguno se imagina a alguien quien, ya entrada la segunda década del siglo XXI, se disponga a traducir con papiro y pluma como lo hiciera San Jerónimo en sus buenos tiempos? Creo que lo mínimo que pediría hoy un profesional sería su computadora (u ordenador) personal con al menos un procesador de textos. Ni que hablar de aquél que demande un entorno de traducción con memorias; glosarios; y, como si esto fuera poco, una actualización en tiempo real para cuando se encuentra colaborando en un equipo.

Entonces, asumamos que somos tecnológicamente dependientes y, además, vulnerables. Los desarrollos en IT pueden impactar enormemente en nuestro negocio. De esta forma, aceptemos también que el desarrollo de la MT (machine translation – traducciones automáticas) está aquí para quedarse, que cada vez va a ir mejorando más, y que va a ser una herramienta fundamental en el segmento de las traducciones industriales.