¿Es posible reproducir el idioma de origen?

No hay hazaña intelectual que se pueda ser considerada cualquier cosa menos inútil, según Jorge Luis Borges en “Pierre Menard, autor del Quijote”. Sin embargo, esta afirmación es desafiada a lo largo del cuento corto del autor que habla de un hombre que se propuso convertirse en el autor de El Quijote siglos después de que la famosa novela de Cervantes había aparecido. Menard escribe El Quijote palabra por palabra, exactamente como Cervantes lo hizo en su tiempo, copiando diligentemente el preciado clásico, pero ¿con qué propósito? Una de las ideas que nosotros como lectores podemos tomar de este texto es que no hay dos piezas de la escritura que sean idénticas, no hay historias, no hay novelas, no hay poemas, incluso si de hecho son literalmente idénticos. Es decir, el contexto tiene mucho que ver con la forma en que un lector aborda una obra literaria y Menard ejemplifica esto al extremo. Borges escribe la misma cita dos veces en la historia, citando a Cervantes y a Menard como autores de dicha oración, y pasa a describir las diferencias en cada uno (inexistentes en el primer enfoque de cualquier lector, pero sorprendentemente flagrantes si se reconsideran).
Los traductores se enfrentan a la tarea de recrear el trabajo original del autor, siendo muchas veces una hazaña difícil. Obviamente, en estos casos no habrá dos obras escritas idénticas debido a las diferencias de idioma. Sin embargo, el cuento de Borges es un ejemplo de cómo dos textos pueden ser aparentemente similares pero llenos de discrepancias que enriquecen la experiencia de leer el producto terminado. La ironía de la historia de Borges aparece cuando el autor menciona cuánto más rico es El Quijote de Menard (a pesar de ser una recreación palabra por palabra). Borges es un maestro de la ironía, doble sentido, capas sobre capas de significantes dentro de sus textos, y por lo tanto puede representar un modelo muy útil para los traductores que tratan de darle a su trabajo un nuevo significado, siempre manteniéndose fieles al original.
Por supuesto, hay traducciones del español al inglés (y a muchos otros idiomas) del cuento corto del autor argentino.