¿Existe el español de Estados Unidos?

En muchas ocasiones, cuando los traductores consultamos a nuestros clientes a qué público hispanohablante quieren dirigirse, nos encontramos con la respuesta “queremos una traducción en español de Estados Unidos”.

Sí, aunque todos sabemos que el idioma oficial en dicho país es el inglés y que esto puede sonar muy contradictorio, la población hispanohablante en Estados Unidos ha ido en constante aumento durante los últimos años. De hecho, según el último censo realizado en el año 2012 se estima una población de alrededor de 60 millones de hispanos, es decir, el 17% de la población total estadounidense. Más aún, cabe destacar que el español se ha convertido en la segunda lengua más hablada después del inglés en Estados Unidos, y que este país ostenta la segunda comunidad más grande de hispanohablantes después de México.

Es importante mencionar también que el español estadounidense se ha reconocido oficialmente en diferentes jurisdicciones y que representa en muchos casos importantes características y señas culturales de un estado. Asimismo, ya no nos sorprende encontrar escritos bilingües en los sitios de Internet de agencias gubernamentales, como del FBI, Medicare, etc. Por otro lado, vale destacar la conformación en el año 1973 de la Academia Norteamericana de la Lengua Española que es considerada muy importante y de gran influencia para la normativa actual española.

Ahora bien, ¿qué debemos considerar a la hora de traducir al español de Estados Unidos? ¿Qué diferencias encontramos? ¿Cómo debemos abordar nuestro trabajo?

Por supuesto, una de las principales características a tener en cuenta es la influencia que ejerce el inglés en el español de Estados Unidos. Así, resultan muy frecuentes los préstamos de palabras y la transferencia de formas con su significado como, por ejemplo, “rufo” (de roof) por techo, o “mopear” (de to mop) por trapear. Vale mencionar que en casos como estos se plantea una polémica en cuanto a si son aceptables (ya que existan formas formalmente correctas), o si simplemente se trata de un uso ligero de spanglish. También se dan los calcos, ya sea de una única palabra, por ejemplo, “moverse” incorpora el significado del inglés to move que significa “mudarse”, o de los que involucran más de una palabra como, por ejemplo, “máquina de atender” que viene de answering machine, que en la mayoría de los países hispanohablantes se le llama “contestador automático”. También se da mucho el fenómeno llamado code-switching (en español, cambio de código), que consiste en el uso del español y del inglés en una misma conversación. En cuanto a la parte escrita, podemos observar, por influencia del inglés, el uso de mayúsculas en los títulos, a veces en los días y meses, y una marcada utilización del gerundio, diferente al uso regido por la Real Academia Española.

Así pues, los traductores no podemos dejar pasar por alto la creciente influencia del español estadounidense. Aunque muchos lo consideren una “deformación” del español, ya no debe pensárselo de esta manera. Por el contrario, debe considerarse una expresión cultural y social. De hecho, su influencia ha tomado gran relevancia para los lingüistas y la Real Academia Española. Relevancia que, sin dudas, los traductores deberemos tomar en cuenta para superar las expectativas de nuestros clientes.