Punto de negociación: el uso de las mayúsculas (primera parte)

Como traductores muchas veces debemos ser flexibles y separarnos de las estrictas reglas gramaticales de la lengua para adaptarnos a las preferencias del cliente, el destinatario de nuestra traducción.

Las preferencias del cliente de nuestras traducciones pueden tener diversos orígenes: ser consistentes con el resto del material publicitario ya en circulación, destacar el producto o servicio que se presenta, destacar la importancia relativa de un hecho dentro del contexto, etc.

Sean cuales fueren sus motivaciones, como profesionales de la traducción debemos trabajar en un terreno intermedio entre respetar las normas de gramática a las que tanto nos gusta aferrarnos y satisfacer al cliente que paga nuestros honorarios.

En el inglés, queda muy claro, el uso de mayúsculas es superior.

Por ello, comencemos a repasar en qué casos se usan en castellano las letras mayúsculas.

Alicia María Zorrilla en su obra Sobre las palabras y los números (Fundación Instituto Superior de Estudios Lingüísticos y Literarios, LITTERAE, Biblioteca del Traductor y del Corrector de Textos, abril de 2007) detalla con suma claridad toda la información que también aparece en el Diccionario Panhispánico de Dudas del Diccionario de la Real Academia Española https://buscon.rae.es/dpdI/ (escribir «mayúsculas»).

Se debe usar mayúscula en forma obligatoria en los siguientes casos:
–    después de signos de interrogación o de exclamación: ¿Cuál fue el criterio de selección? Mi intuición.
–    la preposición “de” del apellido cuando se usa solo: Julia de la Torre, la profesora De la Torre.
–    los apodos y sobrenombres: el torero Manuel Gibraltares, «el Sevillano»;
–    los epítetos de gloria: Juana la Loca;
–    los nombres propios geográficos: el Nuevo Mundo (América);
–    los nombres de objetos históricos: las espadas Tizona y Colada;
–    el nombre de Dios y de todos los seres celestiales: Señor, Madre de Dios, San José;
–    los nombres de dignidades y las abreviaturas correspondientes: Su Majestad (S.M.), Su Excelencia (S.E.);
–    las abreviaturas de los tratamientos religiosos: H. Juan, Hno. Pedro, P. Roberto, M. Nora;
–    los nombres propios geográficos: el Nuevo Mundo (América), Medio Oriente, Lejano Oeste, Cono Sur; pero los nombres comunes genéricos que acompañan a nombres propios geográficos se escriben con minúscula: provincia del Chaco, la ciudad de Córdoba, el río Colorado, la cordillera de los Andes, el estrecho de Gibraltar, el cabo de Hornos, el golfo de México, sierra de los Padres, el océano Atlántico, el mar Negro;

(continúa)