Sin pelos en la lengua

Los modismos, los refranes, los proverbios y las locuciones forman parte de todas las culturas. Reflejan, en gran parte, nuestra ascendencia, nuestra cultura y nuestra filosofía, y nos identifica como miembros de una nación específica o una comunidad geográfica. Pero aunque los modismos son comunes, también son uno de los retos más exigentes para los traductores en su trabajo de localizar contenidos. Podría ser incluso peor para los intérpretes que, al carecer del tiempo para realizar una investigación en el momento como la mayoría de los traductores, tienen que crear una adaptación adecuada de ellos. Lo trágico sucede cuando los modismos, los proverbios o los refranes se traducen literalmente, porque pueden perder todo el significado en el idioma de destino. Hay muchos ejemplos por ahí en los que vemos textos que hay que retraducir, o textos que se les entregan a los clientes con malas traducciones, lo que produce retrasos en las entregas o pérdidas de dinero porque el cliente no quiere pagar una traducción de mala calidad.

 

Veamos algunos de esos ejemplos. En árabe, existe una frase ​​para expresar el amor a otra persona, de uso común de madres a hijos que es Tooborni (??????). Esto se traduce literalmente como “entiérrame”, una frase que suena extraña en español, pero que significa algo similar a “te quiero tanto que preferiría morir antes para que puedas tener una vida más larga”. Esa frase también expresa lo que debería ser el curso natural de la vida, algo difícil de aceptar para los padres.

 

Tenemos que tener mucho cuidado cuando nos encontramos con este tipo de expresiones. Aunque a veces puede ser que encontremos algo que no tiene equivalente en el idioma de destino, tenemos que profundizar y hacer todo lo posible para encontrar una adaptación adecuada.

 

Otro ejemplo es una expresión común en español: “no tener pelos en la lengua” suena extraño fuera de países donde se habla español. Esta expresión se utiliza para referirse a alguien que, sin vueltas ni eufemismos, dice las cosas como son.

 

Continuando con el par español-inglés, veamos algunos proverbios, que son aún más difíciles de traducir que los modismos. Por ejemplo, un dicho común de Venezuela es “chivo que se devuelve se esnuca”. Es una advertencia sobre las dudas que surgen a último momento. Los argentinos usan una expresión que resulta extraña para los demás hispanohablantes: no hay tutía. Esta expresión viene del nombre de un medicamento que utilizan los árabes llamados atutÍa o tuthÍa, una suerte de panacea. Este proverbio viene de esas enfermedades no tienen ningún remedio, ni si quiera la tuthía. Con el tiempo, se convirtió en “no hay tutía” y perdió su significado literal.

 

El reto va más allá de la simple traducción entre dos idiomas distintos. Existen también variaciones de los mismos dichos, según el país en que te encuentres. En Venezuela, por ejemplo, se dice: “ni lava ni presta la batea” para lo que en el cono sur se dice “ni come ni deja comer”. Los dos se refieren a personas egoístas y codiciosas. En inglés a esto se le dice “having a dog-in-the-manger attitude” (tener un perro en el pesebre).

 

En fin, la localización no siempre resulta fácil, pero con un poco de investigación podemos estar seguros de que vamos a entregar un trabajo de calidad y mantener a nuestros clientes felices.