Academia Chilena de la Lengua

Comenzó a funcionar el 5 de junio de 1885 en Santiago. En orden cronológico, fue la sexta academia creada en Hispanoamérica.

Sus finalidades son:

1.    velar por la pureza y el esplendor de la lengua española;
2.    colaborar con los proyectos de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española; y
3.    brindar asistencia a todo tipo de instituciones en temas relacionados con la lengua y la literatura españolas, especialmente, la chilena.

Publicaciones

Una de sus principales publicaciones es el Boletín, que apareció por primera vez en 1915.

En 1976, se publicó el Diccionario del habla chilena. En 2001, se publicó el avance del “Diccionario de uso del español de Chile (DUECh). Una muestra lexicográfica” y en 2010, se publicó la versión final: “Diccionario de uso del español de Chile (DUECh)”.

Desde 1995 hasta 2005, esta academia editó el boletín Notas idiomáticas, con orientaciones sobre el uso del idioma.

En 1985, se inició la serie de Cuadernos del Centenario a fin de difundir y rendir homenaje a los miembros fallecidos más ilustres y los trabajos especializados de algunos académicos.

Desde 1916, la academia celebra el Día del Idioma el 23 de abril, aniversario de la muerte de Cervantes.

Anualmente entrega 4 premios:

1.    Academia, que galardona al autor de la mejor obra publicada en Chile;
2.    Alejandro Silva de la Fuente, que se otorga a un periodista destacado por el buen empleo de la lengua en su labor;
3.    Alonso de Ercilla, que se concede por la contribución en modo relevante al conocimiento y difusión de la literatura chilena; y
4.    Doctor Rodolfo Oroz, que se entrega a los autores de estudios científicos sobre la lengua.

Algunos académicos

Gabriela Mistral, cuyo verdadero nombre fue Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, tuvo una niñez difícil en uno de los parajes más desolados de Chile. A los 15 años su poesía se ganó un lugar en la prensa local y comenzó sus estudios en el magisterio. Se enamoró de un modesto empleado de ferrocarriles que se suicidó el poco tiempo por causas desconocidas. De esta tragedia, surgieron sus primeros trabajos importantes.
Fue cónsul en Nápoles, Lisboa y Nueva York. En 1945, recibió el premio Nobel de Literatura.

Ambrosio Rabanales Ortiz, escritor y filólogo, fue profesor de “Gramática sincrónica española” en la Universidad de Chile y director del Instituto de Filología. Se desempeñó como presidente tanto en la “Comisión de gramática” de la Academia Chilena de la Lengua como en la Sociedad Chilena de Lingüística. Fue designado miembro de honor del Comité Internacional de Ciencias Onomásticas, en Bélgica.
También fue un incansable investigador de los trastornos del lenguaje, especialmente las afasias, la neurolingüística, el estructuralismo lingüístico y la fonología española en Chile.