Afrikáans: una (breve) historia

¿En qué piensa cuando piensa en Sudáfrica? Algunas ideas que se nos pueden ocurrir incluyen Ciudad del Cabo, Nelson Mandela y el mundial de fútbol de 2010. Sin embargo, Sudáfrica posee una historia de una riqueza increíble, que ha influenciado a uno de los idiomas oficiales que allí se hablan: el afrikáans. Claro que el inglés se habla en gran medida en Sudáfrica, pero esta otra lengua (quizás menos conocida) también la hablan más de 7 millones de personas (hablantes nativos). Entonces, ¿cuál es la historia detrás de este idioma?
El afrikáans se desarrolló como resultado de la colonización holandesa de Sudáfrica, y es un idioma germánico occidental. ¿Alguna vez lo han visto escrito? Se parece mucho al alemán y al holandés… Por ejemplo, un simple “Hola” es “Hallo” en Afrikáans, holandés y alemán. “Mi nombre es” se convierte en “Mijn naam is” en holandés, “Mein Name ist” en alemán y “My naam is” en afrikáans. Son realmente muy similares. La explicación reside en que el afrikáans es una variación de diferentes dialectos holandeses, y el holandés es, por supuesto, un idioma germánico.
Pero si es tan similar al holandés, entonces ¿cuál es la diferencia?  Bueno, las diferencias se encuentran principalmente en la morfología y la gramática, así como también en la estructura de las oraciones. La escritura también marca la pronunciación específica del afrikáans frente a la pronunciación del holandés. La gramática, la fonología y la ortografía son complejas y definitivamente este es otra característica que el idioma comparte no sólo con el holandés, ¡sino también con el alemán!
Ya en el siglo XVIII, el afrikáans comenzó su desarrollo hasta convertirse en un idioma propiamente dicho. Aunque se lo llamaba “holandés de cocina” -un modo despreciativo para referirse al nuevo idioma y sugerir que no era tan prestigioso como el holandés en sí u otras lenguas habladas en Europa / fuera de África- a principios del siglo XIX se estandarizó y hasta comenzó a reemplazar al malayo como lengua oficial de enseñanza en escuelas musulmanas. Hacia mediados del siglo XIX, la lengua comenzó a aparecer impresa en periódicos y libros. Hoy en día, no solo se habla en Sudáfrica, sino también en Namibia y Zimbabue.