Aprender idiomas es respetar al otro

El proceso económico irrefrenable de globalización implica una tendencia hacia la homogeneidad y la uniformidad. En este sentido, la globalización va de la mano del idioma inglés.

Otrora, el idioma francés tuvo su siglo de oro con las conquistas territoriales, y un halo de idioma de las luces, la diplomacia y el derecho. Hoy, hablan/estudian francés en los cinco continentes 264,1 millones de personas, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.
Es una lengua romance con una sonoridad sumamente agradable. En cuanto a la escritura, utiliza cinco diacríticos (´ ` ^ ¨ ç) y dos ligaduras (æ œ).
Se considera que el francés es el idioma del amor y es que por su acento todo suena muy romántico.
Hay variaciones en el acento según la región, es por ello que si ha estudiado en París tal vez no lo entiendan en Marsella, pero los franceses valoran el esfuerzo de los turistas que tratan de hablar su lengua.
Como ente regulador del amplio uso de este idioma se encuentra la Académie Française, que fija su ortografía y gramática, como su par, la Real Academia Española lo hace con el castellano.

Tradicionalmente, el francés goza de un gran prestigio porque se lo asocia con la cultura, especialmente con las letras. Para validar los conocimientos adquiridos existen varios exámenes: DELF Diplôme d’études en langue française, DALF Diplôme approfondi de la langue française, TCF Test de connaissance du français, TEF Test d’évaluation de français, CFP Certificat de français professionnel, diplomas de la Alianza Francesa y de las universidades.

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