¿De dónde provienen nuestros alfabetos?

Hoy en día damos mucho por sentado y utilizamos las herramientas que tenemos, sin ahondar un poco para ver su procedencia. Un claro ejemplo se relaciona directamente con el lenguaje, con la manera de comunicarnos y las herramientas que utilizamos para transmitir nuestros mensajes. Estamos hablando del alfabeto. No muchos nos tomamos el tiempo para pensar acerca de los símbolos que utilizamos para comunicarnos por escrito, pero la verdad es que el alfabeto no ha surgido de la nada. Nuestros ancestros (me refiero a la prehistoria) desarrollaron sistemas de escritura basados en diferentes símbolos para diferentes sonidos, y con el transcurso de muchos (muchos, muchos) años, el conjunto de símbolos se convirtió en sistemas, que a su vez se transformaron en los alfabetos que conocemos hoy en día (siendo los más comunes el alfabeto griego y el latino respectivamente).  El alfabeto griego deriva del alfabeto fenicio, mientras que el alfabeto latino se remonta al alfabeto etrusco. Hoy echaremos un vistazo al alfabeto griego.

Como se mencionó anteriormente, este alfabeto surge de la adaptación del alfabeto fenicio. Todavía se utiliza en la actualidad, aunque el alfabeto griego moderno ha sido codificado y estandarizado. El alfabeto fenicio se utilizaba hace mucho tiempo (se remonta al 1200 A.C.) como un alfabeto consonántico, aunque algunas vocales comenzaron a ser representadas, algunos siglos después del surgimiento del alfabeto propiamente dich, a través de matres lectionis. En ese momento, alrededor del siglo 8 A.C., el alfabeto fenicio fue adoptado por el griego, como muestran los estudios filológicos de algunas inscripciones fenicias ese entonces. Luego, la historia afectó estos sistemas de escritura y los griegos estandarizaron aún más su alfabeto para transformarlo en uno más o menos similar al que conocemos en la actualidad. Esto básicamente significó eliminar letras “inútiles”, agregar las vocales necesarias y mantener las letras que se continuarían utilizando.

La historia del alfabeto es compleja, un proceso largo y arduo (el presente del alfabeto tampoco es muy simple, como se puede observar al echar un vistazo al mundo del alfabeto cirílico). Es fácil observar que no todo es tan simple como parece y que las 26 letras que utilizamos en la actualidad en muchos idiomas para la comunicación escrita, son parte de una historia vasta e importante directamente relacionada con nuestras habilidades para procesar ideas y transmitirlas.