Y la palabra en español del año 2015 fue…

Por tercer año consecutivo, y tras coronar el año pasado a selfi como la palabra del 2014, Fundéu BBVA eligió la que sus representantes consideraron la palabra del año 2015. Tras considerar varias opciones, como poliamor, trolear clictivismo, la palabra elegida fue… refugiado.

Sin dudas, el término refugiado ha estado en boca de todos durante el 2015, por razones mucho menos superficiales y alegres que la palabra selfi. De hecho, a diferencia del vocablo ganador del año anterior, en este caso no se trata de un nuevo término. Más allá de ser uno existente, lo que motivó su elección fue justamente esa constancia en los medios informativos. Además, tiene interés desde el punto de visto lingüístico, ya que particularmente este año se prestó a confusión con términos de significado similar que fue necesario aclarar.

En cuanto a su uso en el 2015, lamentablemente todos sabemos que la palabra refugiado alude al drama que viven en la actualidad miles de personas que huyen de su propio país en guerra hacia otro donde las perspectivas en cuanto a sus condiciones de vida sean mejores. Es necesario distinguir las diferencias entre refugiado inmigrante. Según la RAE, el inmigrante es aquel que habiendo residido en un país llega a otro para establecerse. Si bien esta es una característica de los refugiados, esto no abarca la complejidad de su significado. Ser un refugiado implica la obligación de mudarse a otro país, escapando de su situación política.

Las otras once palabras finalistas fueron chikunguña (el nombre de un virus), sextuplete (una forma muy específica de llamar a la posibilidad de que el Barcelona ganara los seis títulos de mayor prestigio en el mismo año), zasca, inequidad (desigualdad, confundido frecuentemente con iniquidad), disruptivo, me gusta (trasladado de Facebook a la vida cotidiana, y en su curioso uso actual como sustantivo: «me dio un me gusta»),  trolear,  clictivismo (posible traducción del neologismo inglés clicktivism, o activismo informático), gastroneta, despatarre y poliamor (para definir a las -¿cada vez más frecuentes?- relaciones amorosas que incluyen más de dos personas).