¿Qué es una traducción legal? Quizá no sea lo que usted espera

Como abogado, o si usted trabaja en el área del derecho, puede ser que haya tenido la necesidad de encargar una traducción legal, o jurídica. ¿Qué implica esto? ¿Qué significa exactamente? Bueno, depende de algunas variantes. En la economía mundial de hoy, y en un mundo con naciones multiculturales, las traducciones jurídicas son cada vez más comunes. Los encargos de traducciones legales abarcan todas las ramas del derecho, como, por ejemplo, la inmigración, el derecho mercantil, las patentes y las marcas registradas, el derecho de familia, el derecho informático, el derecho penal, los recursos humanos, las indemnizaciones laborales y el derecho administrativo.

Podría decirse que todas las traducciones jurídicas son esencialmente lo mismo. Sin embargo, hay muchas diferencias entre ellas que tienen que ver con el contexto, con los requisitos de precisión, con los plazos de entrega, con la cantidad de documentos para traducir y con los presupuestos. 

Consideremos algunos ejemplos. Veamos el caso de las visas de inmigrantes. En este caso, hay gobiernos que requieren que algunos documentos se traduzcan en su totalidad. Muchas veces se trata de miles de páginas de documentos financieros, como, por ejemplo, estados de cuenta bancarios. Según cómo se maneje la traducción, este puede ser un trabajo largo y costoso. Ahí está el obstáculo. Si uno comprende el propósito de la traducción y sabe usar las tecnologías y los recursos humanos adecuados, se puede obtener una traducción económica y precisa dentro de un corto plazo.

¿Cuál es la diferencia? Simplemente, la diferencia está en los parámetros y en el propósito del proyecto de traducción. Traducir un contrato y traducir documentos financieros no solo requieren distintas habilidades de parte del lingüista, sino que utilizan distintas herramientas para agilizar el proceso. Sigamos con el ejemplo del trámite de inmigración. Lo que yo más recomendaría es hacer uso de la tecnología, como escáneres, software de reconocimiento óptico de caracteres, memorias de traducción y sistemas de gestión de traducciones, para dividir una gran cantidad de documentos en varios trabajos de traducción más manejables y más eficaces en cuanto a costos y tiempos.

Mientras que traducir correctamente una patente de mil páginas puede demorar unas semanas, un documento de inmigración de mil páginas, puede hacerse en unos días, a un costo muy inferior, con el mismo nivel de precisión. Otra vez estamos hablando del propósito y de los parámetros. 

Consideremos estos dos puntos más de cerca para entender mejor de qué se trata. Estos son los componentes clave de una traducción jurídica:

  1. ¿Cuál es el propósito?

     El uso que se le dará a la traducción es uno de los factores principales del armado de un trabajo y de su costo. Si usted tiene un presupuesto limitado, grandes cantidades de documentos y un plazo acotado, existe la opción de escanear los documentos, digitalizarlos a través del reconocimiento de caracteres, utilizar un motor de traducción automática y encargar la corrección a una persona. En cambio, si el texto está escrito en un registro elevado y requiere una traducción cuidadosa, se pueden agregar controles de calidad adicionales como, por ejemplo, una traducción inversa, en la que la traducción se traduce a la lengua original del documento. De esta manera, el personal de su firma puede controlar la veracidad de la traducción. Esto se utiliza a menudo en el ámbito de la salud, ya que un error puede causar problemas graves para un paciente. Otro elemento que se adjunta a las traducciones legales es la firma de un traductor colegiado o un certificado en el que el traductor declara que la traducción es fiel al documento original.

  2. ¿Cuáles son los parámetros de su proyecto de traducción?

     Una buena traducción no es tan buena si no se entrega dentro de los plazos acordados, especialmente si hay un plazo para la entrega de documentos legales. A veces el tiempo es un componente clave. En ese caso, se necesita utilizar tecnologías de traducción y lingüistas especializados para acotar los tiempos y producir un documento de buena calidad.

  3. ¿Cuáles son los límites de su presupuesto?

     En algunos casos, un trabajo debe hacerse lo mejor posible y el dinero no es un problema. Por eso algunas empresas de traducción pueden pedir un 50 % o hasta un 100 % más por una misma traducción. Los abogados y las firmas de abogados no arriesgarían sacrificar la calidad para ahorrar dinero. Pero también hay que considerar que los precios de las traducciones pueden tener grandes sobrecargos, especialmente cuando son traducciones que cuestan el doble del precio de mercado. Los abogados y las firmas de abogados también tienen que tener en cuenta sus gastos, si bien uno a veces pasa por alto un buen precio porque pagar más le genera cierta confianza. Es por esa razón que nuestras traducciones legales no vienen con talle único. Nosotros trabajamos con nuestros clientes para determinar la mejor manera de llevar a cabo cualquier proyecto. A veces, es necesario invertir más dinero para que podamos hacer más controles de calidad. Esto sucede si trabajamos con textos complejos, escritos en un registro elevado y donde solo un experto puede detectar errores. Otras veces, estos controles resultan superfluos, especialmente si se trata de documentos estructurados y llenos de fórmulas que se repiten. En ese caso, se puede usar la tecnología para garantizar la precisión. Esa es la realidad. Se trata de encontrar el punto justo. Por eso, todos los proyectos se evalúan de manera individual.

Si trabaja con nosotros o con otra compañía, es importante que sepa que no todas las traducciones jurídicas son iguales. Hay muchas opciones en cuanto a la calidad, el costo y los plazos que debe tener en cuenta.